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Cómo decir "no" sin sentirte culpable



Decir "no" es más difícil de lo que crees. Casi siempre nos pasa por culpa, pena o miedo. La mala noticia es que es más habitual de lo que crees, pero la buena es que se puede trabajar para ya no ser así.


Lo primero que hay que entender es que decir "no" no siempre significa ser grosero, egoísta o aburrido. Esas son ideas muy viejas y especialistas como la psicóloga clínica Amy Morin señala la importancia de tener una mentalidad fuerte para olvidarse por completo de la necesidad de querer complacer a todos:


"Las personas mentalmente fuertes reconocen que no necesitan complacer a todo el mundo todo el tiempo. No tienen miedo de decir no o de hablar cuando es necesario. Se esfuerzan por ser amables y justas, pero pueden soportar que otras personas se enojen si no las hacen felices", señala en este interesante artículo llamado 13 cosas que las personas mentalmente fuertes no hacen, te sugerimos echarle una leída 😉.



decir no sin sentirse cumplable


Decir "no" fuerte y claro es importante para tomar las mejores decisiones para ti


Existen ocasiones en las que hacemos cosas que nos afectan simplemente porque no sabemos decir "no" fuere y claro.


Por ejemplo, cuando gente de la escuela nos propone hacer alguna acción que de seguro nos afectará, como saltarse las clases para ir a beber; escaparse de casa; mentir a nuestros padres o amigos o no entregar una tarea porque gente del grupo no la hizo.


Incluso, con las personas que queremos y confiamos nos cuesta decir "no", especialmente con las parejas, cuando nos incitan a hacer algo que no nos gusta, pero por miedo a perderlos o a que crean que no somos atrevidos o atrevidas terminamos cediendo.


En estos casos, es donde debemos evaluar qué tanto nos afecta a nosotros y nuestro futuro inmediato o a largo plazo hacer algo que no nos parece correcto.


Si consideramos que hay peligro o no hay ningún beneficio para nosotros en alguna propuesta, lo mejor es ser claro y directo con un "no".


En lugar de dar una indirecta o inventarse excusas, un fuerte y claro "no" nos puede ahorrar muchos problemas.


No digas cosas "Tal vez más tarde", "Déjame pensarlo", "Veremos" o "No sé". Si en realidad no estás de acuerdo con lo que te proponen, no vaciles y di "NO". Si la persona o grupo de personas se sienten ofendidos, es su problema. Al menos ya sabrán que tienes límites propios y que no serás fácil de "sonsacar".


Susan David, psicóloga estadounidenses en el campo de la gestión emocional y la psicología del bienestar, sugiere que si todavía te sientes algo culpable por decir "no", puedes ofrecer alternativas; siempre y cuando no te pongan en riesgo. A esto le llama "Agilidad Emocional".


Ejemplo, si te dicen "Vamos a saltarnos la clase para ir a tomar unas cervezas", y tú ni siquiera tomas; puedes responder algo tipo "No soy mucho de beber, pero me cuentan cómo la pasaron. Si ocurre algo, me mandan mensaje".


Es un ejemplo vago, pero la idea es negarse de "forma elegante", por llamarlo de alguna manera.

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