A todos nos ha pasado que el mundo se nos viene encima y nos sentimos obligados a sonreír de todos modos, principalmente para ocultar el dolor de nuestros amigos y familiares, o para mantener la apariencia de que todo está en orden. Spoiler: Así es como todos terminamos por ser víctimas de la positividad tóxica en algún momento.
La positiva tóxica es esta idea, fomentada por redes sociales, en la que te dicen que debes estar feliz siempre y tener una actitud positiva, aun cuando tienes problemas físicos, emocionales, en la escuela, con tu familia, en tus finanzas, etc.
En este artículo publicado por BBC Bitesize se explica que la positividad tóxica está relacionado con el bombardeo en redes sociales de frases como "No seas tan negativo", "Sonríe (aunque no quieras)", "Piensa Positivo" o "Good Vibes Only (Solo buena vibra)".
En nuestro contexto mexicano, podemos identificar tintes de positividad tóxica en frases como "No estés triste", "X, somos chavos", "Échale ganas", "No te quejes, hay gente que la pasa peor", "Ponte las pilas", "Ya wey, ALV", entre otras.
Aunque en principio pudieran parecer frases o consejos para animarte, lo cierto es que a veces solamente buscan invalidar tus sentimientos y emociones, pues incitan a que ignores la complejidad de tus problemas y que únicamente muestres una buena cara ante la adversidad.
Ser feliz es bueno, pero no estarlo todo el tiempo ayuda mucho más
La felicidad o alegría es apenas una de decenas de emociones que forjan nuestra identidad y desarrollo personal. Es como en la película de Intensamente: no hay emociones buenas o malas, cada una cumple un propósito y se complementan entre sí.
Quienes promueven la positividad tóxica en redes sociales son personas que no muestran por completo su realidad. Alguien no puede estar feliz todo el tiempo, no es natural, ni tampoco es sano.
La tristeza, por ejemplo, que es vista como una emoción negativa, ayuda a la introspección, la reflexión y el aprendizaje de los errores cometidos. Mientras que estar enojados nos motiva a hacer cambios para mejorar algo en nosotros o en nuestro entorno, o bien para desahogar frustraciones y buscar resolver algún problema.
"Evitar los sentimientos negativos o fingir que no sentimos lo que sentimos puede ser contraproducente. Es más difícil superar los sentimientos difíciles y permitir que se desvanezcan si no los enfrentamos y tratamos de entender por qué nos sentimos así", señala un artículo publicado en el blog de Nemours que habla sobre conciencia emocional y que te recomendamos checar después de terminar aquí 😉.
Dejar fluir nuestras emociones es lo que permite que desarrollemos una personalidad y nuestros propios métodos de toma de decisiones. Imagina lo peligroso que sería para ti si únicamente actuaras siguiendo "solo las buenas vibras".
El miedo, la vergüenza y la desconfianza, otras emociones consideradas negativas, son las que permiten que tengamos un "sentido de supervivencia", mientras que la culpa y la empatía nos ayuda a aprender de nuestros errores y tener una mejor relación contras personas.
Sentirse triste o enojado por tener problemas en la escuela, en la relación, en la casa o con uno mismo es totalmente bueno y natural.
Canalizar estos sentimientos hacia la resolución del problema que nos aqueja nos permite revaluar nuestras prioridades, aceptar los errores y buscar ser mejores personas.
Si hay que llorar, no importa. Tampoco es necesario hacerlo en público, busca tu espacio personal y tiempo para desahogarte. Grita si quieres, pero no te pongas violento o violenta, eso es otro problema aparte.
Fingir que estás feliz todo el tiempo y reprimir lo que de verdad sientes es una bomba de tiempo que tarde o temprano explotará.
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