FOMO: Cuando la vida de los demás parece mejor que la tuya
- Leonardo García
- 1 abr
- 3 Min. de lectura

¿Te ha pasado que sientes que te estás perdiendo de algo increíble que tus amigos o compañeros de la escuela sí están experimentando?
Esa como una sensación de ansiedad y envidia que te invade cuando ves las fotos de tus amigos en Instagram o TikTok, en donde los ves disfrutando de fiestas, viajes o eventos emocionantes, mientras que tú estás aburrido o aburrida en casa. Bueno, a eso se le llama FOMO, por sus siglas en inglés "Fear Of Missing Out" (miedo a perderse algo).
El FOMO siempre ha existido, pero se hizo más notable con el crecimiento de las redes sociales. Plataformas como Instagram, Facebook o TikTok nos bombardean constantemente con imágenes y videos de las vidas aparentemente perfectas de los demás, lo que puede generar sentimientos de insuficiencia, soledad y frustración.
Seamos sinceros, tendemos mucho a comparar nuestras vidas con las de los demás, casi como si estuviéramos en una competencia permanente, especialmente con las personas que nos rodean.
Las redes sociales hacen que esta comparación sea más tóxica, ya que nos permiten ver solo los momentos más destacados de la vida de las personas.
Además, todos tenemos la necesidad de sentirnos parte de un grupo y de ser aceptados, y el FOMO nos hace creer que nos estamos perdiendo de experiencias que podrían fortalecer nuestros lazos sociales.
Por ejemplo, ese miedo nos hace preguntarnos cosas como "Por qué no me invitaron", "Cómo ellos sí pueden hacer eso y yo no", "Acaso no soy tan agradable", etcétera.

Como luchar contra el FOMO en nuestra vida diaria
El FOMO se alimenta del miedo a ser excluidos o dejados de lado, y nos preocupa que nuestros amigos, familiares y compañeros de la prepa estén construyendo recuerdos y experiencias sin nosotros.
Además, el FOMO es un indicador de que tenemos una adicción poco sana con las redes sociales. Pues también nos da miedo quedarnos desconectados.
Por ejemplo, nos puede generar ansiedad que no haya wifi, que se nos acaben los datos o que nos quedemos sin batería en el celular. Aquí la cosa ya está muy grave.
Todo esto junto nos trae sentimientos de ansiedad, tristeza, frustración, enojo y desesperanza que afectan negativamente nuestra autoestima y nos hace cuestionarnos la percepción que tienen los demás sobre nosotros.
Esto último es bastante peligro, pues el FOMO puede llevarnos a tomar decisiones impulsivas, como gastar dinero en cosas que no necesitamos o asistir a eventos que no disfrutamos realmente o, en el peor de los casos, hacer cosas que nos pueden dañar solo para intentar encajar en un grupo.
Afortunadamente, si podemos combatir nosotros mismos contra el FOMO. El método más simple es limitar el tiempo que pasamos en redes sociales, establecer horarios para revisarlas. Algo que ayuda mucho es evitar revisarlas antes de dormir.
Otra cosa que debemos entender es que las redes sociales no son la realidad, ya que las personas solo publican los mejores momentos de sus vidas.
A nadie le gusta subir historias sobre cuando va apretado en el Metro, cuando hace fila en el mercado para pagar su verdura, o cuando tiene que hacer un mandado de sus papás. Obviamente, lo único que les gusta mostrar son sus salidas, viajes y fiestas.
Los momentos cotidianos los tenemos todos, pero hay gente que es buenísima para aparentar que solo se pasa divirtiéndose.
En lugar de preocuparnos por lo que supuestamente nos estamos perdiendo, podemos enfocarnos en disfrutar del presente y de nuestras propias experiencias con nuestros amigos, parejas y familiares.
Si consideras que necesitas más ayuda, acude con la orientación escolar de tu escuela o acércate a una clínica de gobierno, en donde pueden canalizarte con un terapeuta especializado.
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