Trastornos alimenticios: como saber si tengo uno
- Leonardo García
- 9 abr
- 2 Min. de lectura

Los trastornos alimenticios son un problema que a veces no recibe la atención que le merece. Ocurre muy seguido que no sabemos distinguir entre uno de estos padecimientos y otras condiciones relacionadas con la talla de una persona.
Seguro que en la secundaria o en la prepa ya oíste hablar de la anorexia y la bulimia, que son los trastornos alimenticios más comunes entre los jóvenes, tanto en México, como a nivel internacional. Pero hay otros que son igual o más graves que esos.
La anorexia nerviosa es cuando decidimos no comer por miedo a subir de peso. Mientras que la bulimia nerviosa se caracteriza por la culpa que nos da cuando comemos mucho y queremos compensarlo con ejercicio extremo o vomitando los alimentos.
Existe también los atracones, que ocurren cuando alguien come mucho de golpe y siente que no puede parar, pero no hace nada para "compensar" esa comida extra.
Y uno de los trastornos alimenticios más peligrosos, porque suelen ser los más difíciles de notar, son los que se conocen como restrictivos o evitativos, en los que las personas que los padecen no comen ciertos alimentos porque el sabor, textura u olor les causa repulsión.
Es grave porque podrían estar evitando ingerir algún alimento con nutrientes importantes, como leche, frijol, pollo, verduras o huevo, y esa falta de nutrientes prolongada podría traerles problemas a futuro.

¿Puedo tener yo trastornos alimenticios?
La respuesta es sí. Al menos 25% de los jóvenes en México tienen algún trastorno alimenticio y las mujeres son más propensas a padecerlos. No es por alguna condición biológica, sino por los estereotipos que la sociedad impone sobre ellas y lo que generalmente se considera como un físico atractivo.
Y es que los trastornos alimenticios son condiciones de salud mental serias que surgen por patrones de pensamiento y comportamiento, relacionados con la comida, el peso y la imagen corporal, y que surgen, casi siempre, por estereotipos de la gente que son dañinos y que lastiman, especialmente cuando vienen familiares o compañeros de la escuela.
Por eso mismo, prestar atención a cómo piensas y lo que sientes sobre tu cuerpo y la comida es crucial.
Si te preocupas demasiado por tu peso y figura, te criticas mucho frente al espejo o tienes un miedo muy fuerte a subir de peso, podría ser una señal de que tienes uno de estos problemas.
También, si cambias mucho tus hábitos alimenticios, como comer muy poco, saltarte comidas seguidas o comer mucho de repente y luego sentirte culpable y tratar de "arreglarlo", son cosas importantes a notar.
Tus emociones también pueden darte pistas de que algo no está bien en tu cuerpo y mente.
Si te sientes muy culpable o ansioso por comer, si ves tu cuerpo diferente a como realmente es (sí, esto puede pasar de verdad), o si te alejas de amigos o situaciones con comida, podría indicar un problema.
Si estas preocupaciones y cambios te hacen sentir mal o dificultan tu día a día, es importante considerar que podrías necesitar ayuda.
Kommentare